Estos días, haciendo series, me he dado cuenta de la importancia de los brazos en la carrera a pie. Me podía haber dado cuenta antes, es cierto, pero la bombilla se me ha encendido ahora, después de 12 años corriendo, que digo yo que sería una bombilla de los chinos. A lo que voy. En una serie a velocidad umbral me di cuenta de que si subía mucho los brazos arriba y abajo, cerca de la cabeza, aumentaba la velocidad sin demasiado esfuerzo. Probadlo. Es la pera limonera ( yo siempre en horario infantil) Pero esto no acaba aquí, no. Ayer, mientras hacía un trote despacito e intentando que las pulsaciones se mantuviesen bajas, descubrí otra cosa de la que había oído hablar durante muchos años y no sabía qué narices era: correr relajado. ¿Pero cómo? Ayer se me encendió otra bombilla, la otra del chino ya se había fundido, y descubrí que hay que correr sin subir los hombros, con los hombros lo más bajo posibles, para correr tranquilo sin que las pulsaciones te suban. Así que una gozada ...