¡Venga, coño, qué es muy fácil, si es toda cuesta abajo!
Ese es uno de tus colegas runners que te anima a correr la San Silvestre Vallecana. El caso es que no te ves preparado, sólo llevas entrenando 4 años pero una vez por semana y a trote cochinero. No lo ves, no. Hasta que un día descubres que para correr hay que respirar por la boca. ¡Coño! Lo ves en un tutorial de YouTube porque los runners no te habían dicho ni media. Entonces sí, entonces empiezas a aumentar la distancia. Y te apuntas.
Los días antes de la carrera estás muy nervioso, no sabes cómo lo vas a hacer, si podrás terminar incluso. Llega el día de la carrera y la haces pisando huevos y saludando al público, entre gritos. La terminas. Estaba chupao. Con una risión de tiempo, pero claro en la San Silvestre no se puede correr, había mucha gente, me había tomado tres cañas antes de salir, la hice andando, iba contando chistes, la abuela fuma...
Ahora sí, ya puedo decirlo, ahora soy un Runner.
Ese es uno de tus colegas runners que te anima a correr la San Silvestre Vallecana. El caso es que no te ves preparado, sólo llevas entrenando 4 años pero una vez por semana y a trote cochinero. No lo ves, no. Hasta que un día descubres que para correr hay que respirar por la boca. ¡Coño! Lo ves en un tutorial de YouTube porque los runners no te habían dicho ni media. Entonces sí, entonces empiezas a aumentar la distancia. Y te apuntas.
Los días antes de la carrera estás muy nervioso, no sabes cómo lo vas a hacer, si podrás terminar incluso. Llega el día de la carrera y la haces pisando huevos y saludando al público, entre gritos. La terminas. Estaba chupao. Con una risión de tiempo, pero claro en la San Silvestre no se puede correr, había mucha gente, me había tomado tres cañas antes de salir, la hice andando, iba contando chistes, la abuela fuma...
Ahora sí, ya puedo decirlo, ahora soy un Runner.
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