Madre, lo que cuesta subir la cuesta de la Albufera en el penúltimo km de la San Silvestre Vallecana, ¡no acaba nunca! Es difícil subir cuestas en una prueba en ruta, todos lo sabemos, lo bonito es bajarlas, no sajo... Pero hoy, queridos amiguitos, no os hablaré de las carreras en ruta, hoy vengo a hablaros del...¡entrenamiento de cuestas!
A mí, particularmente, es el que más me cuesta :), pero, seguramente ya lo sabéis, es FUN-DA-MEN-TAL para poder correr más rápido. ¿Y pur queeeé? Por una sencilla razón, porque mejora y alarga la zancada. Y si tienes una zancada más amplia, combinada con una cadencia alta, logras lo que siempre quisiste: correr más rápido. ¿Y cómo alarga la zancada? Porque cuando entrenas en cuesta elevas más las rodillas y si luego cuando corres en plano elevas más las rodillas aumentas la longitud de tu zancada. Es así de fácil y sencillo.
Luego hay varios tipos de entrenamientos en cuestas, de 150 metros, de 400 metros, en sprint, en esfuerzo fuerte, y por supuesto el clásico circuito de cuestas que inventó Arthur Lydiard allá por los años 60 del siglo pasado. En este circuito se sube al sprint, se trota en la cima para descansar, se vuelve a bajar rapidito, se vuelve a trotar abajo y vuelta a empezar. En la sección de trote se le puede añadir algún sprint para terminar de reventar... Al que aguante más de media hora haciendo esto le damos premio.
El entrenamiento de cuestas es aconsejable en la primera fase de la preparación a una carrera, justo después de la etapa base.
Pues eso es todo por hoy. No os olvidéis de hacer click en los comerciales y ¡hasta el próximo post :)!
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