Sí, amiguitos, será por la próxima invasión de Rusia a Ucrania o por una mera conexión neuronal caprichosa fruto de una copa de vino con la cena, el título de la entrada de hoy es La Dictadura del Zapatillado. ¿A qué me refiero? Lo explicaré brevemente, como suelo hacer en este blog. Desde que empecé a correr he leído revistas, páginas web, redes sociales de cuentas que hablan de running. Y siempre ha habido un tema que me ha molestado. Estos medios especializados sostienen que si no corres a una determinada velocidad no te puedes comprar determinadas zapatillas, que sólo son para corredores de élite o pro. Vamos a ver, señores. Cuando empecé a correr les hice caso. Empecé con una zapatillas de entrenamiento y mis tiempos no mejoraban. Me compré unas zapatillas voladoras, esas que sólo pueden calzar los etíopes, y ¡oh, casualidad! bajé mis tiempos en las carreras varios minutos, en un período muy corto. Que si eres pro corres rápido, pero si eres popular y te las calzas, pues también, dentro de tu rango de velocidad. Así que, señores de los medios especializados, basta ya de decir que esta zapatilla no te la puedes comprar si no bajas de los 39 en un 10K, ¡dejad al niño hacer lo que quiera con su dinero! ¡Hombre!
¡Las Streakfly me las pillo en rebajas!
Hale, a seguir dándole.
Rápido, a ser posible.
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