Este pasado domingo corrí la Media Maratón Cervantina, en Alcalá de Henares, cuna de quien escribe, que por algo el blog lleva el nombre que lleva.
Mi idea era salir, cómo decirlo, como un pepino desde el primer metro. Así que me coloqué bastante cerca del arco de salida, aprovechando que no había cajones por tiempo.
Llegado el momento oí el pistoletazo de salida, como nunca antes lo había oído, ¿me habría colocado demasiado delante? En unos segundos confirmé mis sospechas, decenas de corredores me pasaban como balas, a derecha e izquierda, llegué a pensar que la salida era conjunta y que los que iban tan rápido corrían la Legua, pero no, corrían la Media Maratón, ¡pero muy rápido!
Así que nada, fui intentando reducir mi ritmo para no pasarme de pulsaciones el primer kilómetro, pero aún así, lo terminé demasiado rápido. Pensé que, si lograba estabilizar el ritmo podría conseguir mejorar mi mejor marca. Hasta el km 11 tuve esperanzas pero después del 13 ya vi que no. Y del 16 al 18, con el calor que hizo, pensé incluso en no terminar. Pero seguí dándole, me sobrepuse y casi logro acabar por debajo de 2 horas; 9 miserables segundos me lo impidieron.
Tengo que hacer una mención especial a la medalla: era de cartón. Ya está. No digo más. Me tenían que haber sacado una foto cuando me la dieron...
Fue una bonita carrera, en todo caso, recorriendo gran parte del casco histórico de Alcalá. Superé la prueba del adoquín.
Próxima carrera: ¡Movistar Medio Maratón!
Comentarios
Publicar un comentario