La respiración al correr es un tema del que llevo tiempo queriendo escribir. Quizás algunos recordaréis como, al principio de escribir este blog, allá por el año 2017, recordaréis que os contaba que había que respirar por la boca mientras corríamos, para obtener la mayor cantidad de oxígeno. Pero, ay amigo runner, esta forma de respirar tiene una desventaja que es que las pulsaciones se descontrolan, suben más que el aceite de oliva y al final te ves obligado a bajar el ritmo. ¿Cuál sería la solución, respirar únicamente por la nariz? Pues os recomiendo que leáis el libro The Oxygen Advantage para profundizar en el tema. Si no queréis leerlo o preferís pasar vuestro tiempo hinchándoos de dopamina dando y recibiendo likes en Instagram, ya os lo resumo yo. Es FUN-DA-MEN-TAL respirar siempre por la nariz, inhalar y exhalar siempre siempre siempre por la nariz. Y respirar combinadamente y a la vez tanto por la nariz como por la boca cuando vayamos a ritmos rápidos.
Así que, después de mucho practicar, yo hago las tiradas largas respirando sólo por la nariz y las series y carreras respirando por la nariz y por la boca a la vez.
Funciona. Las pulsaciones se controlan mejor y no suben tanto. Ahora ya vosotros haced lo que queráis. Yo por lo pronto tomarme un Bushmills, que es viernes noche.
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