Es oír Calimaaaá, Calimaaaaaá y pensar en Indiana Jones y el Templo Maldito, qué le voy a hacer, yo soy así, tengo mis tontunas muy arraigadas. La calima que hizo el pasado domingo, durante la celebración del Medio Maratón de Madrid fue morrocotuda y, en cierto modo, parecida al sacrificio ritual de Indiana. Hubo varias decenas de corredores que sufrieron desvanecimientos debido al calor, confío en que todos ellos ya se encuentren bien. El caso es que con ese calor, que intenté mitigar echándome botellas de agua por la cabeza, era imposible llevar un buen ritmo de carrera a partir del km 15. Había que concentrarse por tanto en terminar la carrera. Además, este año el recorrido de la Media Maratón de Madrid era sensiblemente más duro, a mí me salieron 20 metros más de desnivel positivo. Dice Jack Daniels, el entrenador no el bourbon, que un corredor tiene que centrarse en lo positivo siempre. Y lo positivo fue que pude terminar la carrera, a pesar de mi maltrecho sóleo, y llevarme ...